jueves, 14 de agosto de 2014

Bangkok


Esta humeante y desordenada extensión urbana encierra una ciudad acelerada y desenfrenada, un casco antiguo rodeado por una serie de bloques de cemento y una muchedumbre que se apresura de un lado a otro.

Bangkok es una ciudad de contrastes, donde se combina con pleno equilibrio lo antiguo y lo moderno, el frenesí y la relajación. Se considera que Bangkok no tiene nada que ver con la verdadera Tailandia. Todo ello se ve perfectamente reflejado en el Khwaam pen thai ( aire genuino ) tailandés que junto al ultramoderno telón de fondo de los rascacielos, el ruidoso tráfico y el excesivo comercio, donde conviven santuarios espirituales que recibe fieles a diario, puestos ambulantes de comida y los encuentros diarios con lo repulsivo, lo extraño, lo seductor...

La ciudad perdió su esplendor con la llegada de los soldados norteamericanos que combatían en la guerra de Vietnam y acudían a relajarse a los bares de gogos y burdeles de la ciudad. No fue hasta las prosperas décadas de los 80 y 90 que se transformó en una verdadera metrópolis, atestada de descomunales rascacielos y un sinfín de hormigón invadiendo los arrozales y las zonas verdes. No obstante, los extravagantes gustos de sus habitantes se han ido suavizando a consecuencia de la crisis económica de 1997. En la actualidad, para intentar remediar sus legendarios problemas de tráfico, Bangkok cuenta con los recientes skytrain y metro subterráneo.





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